La ventaja es que no ocasiona efectos colaterales, a diferencia de otras fórmulas
Para este año, en la Universidad de Guadalajara esperan tres títulos más de patente –uno nacional y dos internacionales– para la fórmula que investigadores de la institución, encabezados por el doctor Mario Alberto Ramírez Herrera, desarrollaron para la utilización de la curcumina en la producción de medicamentos contra infecciones producidas por el parásitoGiardia lamblia, sin causar efectos colaterales. La titularidad de los derechos intelectuales pertenece a esta Casa de Estudio.
La curcumina es una molécula que se obtiene de una planta originaria de India. “No la descubrimos nosotros. La molécula ya había sido descrita desde 1914, pero no fue sino hasta 1994 o 1995 que se hicieron estudios de manera más rigurosa”, detalla Ramírez Herrera, profesor investigador del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), quien agregó que lo obtenido por los investigadores de la UdeG fue la fórmula farmacéutica que la incluye.
Por lo pronto ya existe una patente otorgada por la Superintendencia de Industria y Comercio de la República de Colombia, y desde el año pasado dos empresas farmacéuticas nacionales y una extranjera han manifestado interés por el producto, explicó el licenciado Jesús Eric Fernández García, responsable del área de Propiedad Intelectual, de la Unidad de Vinculación y Difusión.
La UdeG determinó la necesidad de generar convenios respecto al licenciamiento de derechos hasta que se obtengan los títulos de las patentes en México, Brasil y Honduras, ya que “se deben concluir los procesos iniciados en cada uno de estos países”, explicó Fernández García.
Las patentes protegerían la fórmula, que no podría ser utilizada para la fabricación de medicamentos por otras instituciones o laboratorios sin la previa autorización de la UdeG. La fórmula representa una solución a los problemas de salud derivados del parásito Giargia lamblia, que alcanzan a afectar hasta 75 por ciento de la población en zonas de clima tropical durante la temporada de lluvias, detalló Ramírez Herrera.
La Giardia lamblia es un microorganismo que prolifera en el intestino del ser humano y otros mamíferos. Mientras es arrastrado por el contenido intestinal –gracias al movimiento peristáltico– se transforma en quiste, de esta forma y ya expulsado puede resistir el medio ambiente externo y es capaz de infectar a otros organismos por medio de agua y alimento contaminados, por ejemplo, vegetales regados con aguas negras, explicó.
Los niños que desarrollan una infección crónica por este parásito pueden presentar cuadros de desnutrición, ya que la Giardia lamblia tapiza las paredes del intestino impidiendo la absorción de nutrientes, además de procesos inflamatorios crónicos. “Entonces, los niños lucen con sus vientres abultados, delgados y con mucha susceptibilidad a diferentes tipos de infecciones”.
A T E N TA M E N T E
“Piensa y Trabaja”
Guadalajara, Jal., 19 de abril 2015
Texto: Martha Eva Loera
Fotografía: Sergio Guzmán
Edición CVSS: Javier Gómez
